La comida está de moda. No creo que haya algo más de moda, a parte de la moda, que la cocina. La vemos, la comemos, la olemos, la sentimos. Millones de recetas, banales, espectaculares, no importa su condición, son fotografiadas y subidas diariamente a las redes sociales.
Podemos saber qué come quién en cualquier momento con tan sólo revisar Twitter o alguno de sus semejantes.
Y, ¿qué tiene que ver esto con la temática del blog? Nace de aquí la fusión de dos hobbies, pasatiempos, llámenlo cómo quieran, que forman parte de mi vida. Be cool-inary.
Me gustaría enfocar esta entrada en el desfile de Louis Vuitton de esta última Paris Fashion Week.
Al tratarse de una colección de otoño-invierno la paleta de colores es mucho más sobria y apagada que en una colección de primavera-verano. Si las prendas estuviesen salpicadas de notas tropicales sería muchísimo más fácil maridarlas con macedonias o frescas ensaladas.
A pesar de la sobriedad, podemos sacarle jugo combinándolas con postres cuyo elemento principal sean los frutos del bosque, tales como arándanos o frambuesas. Los cítricos apagados también jugarán un papel importante el próximo invierno.
Siempre he dicho que los colores de la moda se encuentran en la naturaleza, como si de una fantástica paleta cromática que por si sola combina se tratase. Es una buena manera de inspirarse en ese periodo en el que el frío aprieta.
¿Creéis que son dos aficiones que pueden ir de la mano? Más adelante, las tendencias del verano con sus respectivas recetas! Sigan la pista foodies!